Durante la Semana por la Paz 2024, los Misioneros Claretianos de Riosucio, en el Chocó, junto a la organización Proclade, las Hermanas Dominicas de la Presentación y la Pastoral Social de la Diócesis de Apartadó, organizaron una serie de actividades centradas en la creación de espacios de encuentro y colaboración entre migrantes, sobrevivientes del conflicto armado y las comunidades locales.
El Padre Elber Montero, quien lideró la jornada, ofreció una reflexión inicial en la que destacó la importancia de acoger a las familias desplazadas, migrantes y víctimas del conflicto armado. Invitó a la comunidad a trabajar por la defensa del territorio y la construcción de paz en sus comunidades. Montero explicó que, a través de un mural colectivo, los participantes tendrían la oportunidad de expresar sus realidades dolorosas y transformarlas, trascendiendo el sufrimiento mediante la fe y el arte.
El Mural por la Paz: Una Expresión Colectiva de Esperanza
Con el apoyo de Proclade ColVen, la Pastoral Social y el equipo misionero, alrededor de 60 personas de comunidades afro, mestizas e indígenas que han vivido procesos de migración y desplazamiento forzado, participaron en la creación del mural por la paz. Los materiales fueron provistos por la Pastoral Social, y los participantes, guiados por los organizadores, plasmaron sus vivencias a través de palabras, nombres de seres queridos, símbolos de paz y hasta sus huellas de pies y manos.
Mientras avanzaba la pintura, los misioneros y las Hermanas de la Presentación rezaban parte del Rosario Peregrino, creando un ambiente de fe y esperanza. Cada persona aportaba su relato personal, recordando a los seres queridos desaparecidos y manteniendo la esperanza de algún día encontrarlos. La actividad se convirtió en una forma de procesar el dolor colectivo, transformándolo en una expresión artística y espiritual.
Caminata del Silencio y Velatón por la Paz
El mural fue solo una de las muchas actividades realizadas. Al finalizar la obra, los asistentes, liderados por las voces de la comunidad, se dirigieron al templo para orar por la paz, los derechos humanos y la defensa del territorio. Durante la misa, algunos voluntarios pidieron perdón en nombre de todos los actores que han causado daño en la región, expresando el deseo de crear entornos más seguros y saludables para sus familias.
Como acto simbólico al finalizar la eucaristía, se realizó una velatón por la paz. Dos personas afectadas por el conflicto llevaron la luz que encendió todas las velas, mientras el mural fue levantado como símbolo de resistencia y defensa de la vida, recordando que nunca más deben repetirse las atrocidades del pasado.
Un Espacio para los Más Pequeños
Los niños también tuvieron su espacio de participación. El 8 de Septiembre, los menores de Primera Comunión y Confirmación, junto a sus catequistas, elaboraron carteleras con mensajes de paz y solidaridad, inspirados en las enseñanzas de sus sesiones de catequesis. Aunque las fuertes lluvias impidieron la caminata prevista, la actividad se culminó en el templo con una jornada de oración por los migrantes.
Durante la caminata del silencio, celebrada el 10 de Septiembre, niños y adultos intercambiaron luces mientras pronunciaban la frase: «te entrego mi luz y recibo tu luz», simbolizando el compromiso compartido por la paz.
Un Mensaje de Esperanza para las Víctimas
A lo largo de la Semana por la Paz, las comunidades de Riosucio vivieron momentos de oración, reflexión y encuentro, uniendo a migrantes, víctimas del conflicto y vecinos en torno a la esperanza. Estas actividades buscaban no solo compartir el dolor y las heridas del pasado, sino también las alegrías y el anhelo de justicia y paz. Las iniciativas, tanto colectivas como individuales, mostraron que, a pesar de las dificultades, la comunidad mantiene viva la esperanza de reencontrarse con sus seres queridos y de construir un futuro mejor para todos.