Mensaje Final de los Obispos Claretianos Reunidos en la Curia Generalicia

Querida Congregación:

    Nuestro encuentro en Roma 2025 convocado por el Gobierno General lo consideramos un momento histórico. Han sido tres días de oración, convivencia y compartir fraterno de nuestra vivencia como obispos claretianos. Compartimos nuestra historia vocacional claretiana, y cómo llegamos al episcopado. Ha sido muy significativo para cada uno de nosotros conocer no solamente la realidad de nuestras respectivas diócesis y cómo hemos vivido nuestro ministerio episcopal, sino también compartir la conciencia de nuestro origen del seno de la Madre Congregación.

    Expresamos y resaltamos nuestro sentimiento de pertenencia Claretiana. Somos obispos claretianos y nos sentimos misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. El carisma Claretiano configura nuestro ministerio de pastores de la Iglesia. Este carisma fundamental que vivimos ha marcado nuestro estilo de ministerio y los mismos fieles así lo perciben. Entre otros, se caracteriza por sencillez, cercanía, acompañamiento del pueblo de Dios, de los ministros ordenados, vida consagrada y laicado, y el talante misionero que impregna nuestros planes pastorales. Somos obispos de todos y para todos, cuidamos y promovemos las diversas vocaciones y carismas presentes en la Iglesia universal.

    Por otro lado, nos ha conmovido el amor de la Congregación por este gesto fraterno del gobierno General de convocarnos por primera vez en la historia. Nos ha dado la grata oportunidad de conocer la realidad actual de nuestra amada Congregación. Nos alegra ser parte del sueño Congregacional que como misioneros de la Iglesia lleva el único sueño de Dios para la humanidad entera. El sentido, finalidad, y razón de las renovadas estructuras internas de la Congregación y los procesos de transformación en curso nos dan cuenta no solamente de las riquezas espirituales, los dones de sus miembros sino también de la vitalidad y del testimonio palpable en las misiones periféricas, cada vez más interculturadas.

    Creemos y afirmamos por experiencia que el carisma claretiano cualifica nuestro ministerio. De ahí aportamos nuestra acogida, apoyo, motivación y servicio a una Iglesia constitutivamente sinodal. El modelo de la Iglesia sinodal encuentra en nosotros defensores y promotores. Desde nuestra identidad misionera, respaldamos la llamada de Aparecida y del difunto Papa Francisco a la conversión misionera una iglesia donde todo queda discernido y valorado desde la clave misionera. Apoyamos y valoramos las diversas vocaciones desde la vocación fundamental y bautismal. Viviendo nuestro carisma de oyentes y servidores de la Palabra, recordamos a todos la importancia decisiva de la Palabra de Dios en la vida y misión de nuestras iglesias. Desde nuestro testimonio aportamos una vivencia de misión encarnada en cada tiempo y lugar, profética y a la vez urgido por la caridad hacia los pobres, a los excluidos, y a las personas en situaciones de violencia y persecución.

    Como miembros de la Congregación, aunque con limitaciones en los derechos y deberes derivadas de la naturaleza de nuestro ministerio, formulamos algunas propuestas para vivir y expresar con más intensidad nuestra condición de obispos claretianos y para animar el espíritu misionero en toda la congregación:

    Como miembros de la Congregación, aunque con limitaciones en los derechos y deberes derivadas de la naturaleza de nuestro ministerio, formulamos algunas propuestas para vivir y expresar con más intensidad nuestra condición de obispos claretianos y para animar el espíritu misionero en toda la congregación:

    • Dar continuidad al espíritu fraterno y al compartir de este encuentro histórico.
    • Mantener el espíritu de comunión y acrecentar la comunicación mutua del Gobierno General hacia los obispos claretianos y de nuestra parte hacia el Gobierno General, y elaborar algún tipo de planificación.
    • Estudiar en diálogo con los superiores mayores de las distintas provincias o delegaciones donde residen los obispos claretianos la conveniencia y el modo de nuestra participación en las asambleas y en los capítulos.
    • El Gobierno General podría sondear y dar pasos hacia una reflexión teológico – jurídica sobre la implicación jurídica de los obispos, especialmente los eméritos que vuelven a la Congregación en una comunidad y provincia claretiana concreta.
    • Fortalecer la cercanía y el dialogo con las comunidades claretianas que haya en la diócesis y con la Provincia Claretiana a la que pertenecen.
    • Seguir recibiendo ayuda de la Procura General de Misiones a través de proyectos aprobados, pero sin excesiva dependencia.
    • Agradecer y animar a la congregación a fortalecer su dimensión misionera con el envío no solo de misioneros CMF sino también de formandos y laicos/as fuera de sus Organismos con más agilidad, dada su capacidad carismática, organizativa, etc.
    • Brindar atención y acompañamiento a personas en situación irregular.
    • Que el gobierno general discierna el modo en que los Obispos claretianos podamos hacer llegar nuestra voz al capítulo general. Si se ve oportuno, designar a uno o dos, o que lo eligieran los propios obispos claretianos a participar en el Capítulo General.
    • En la página web de la Congregación, agregar un apartado donde se puede ver los nombres de los obispos claretianos y el enlace de la página web de su diócesis.
    • Cuidar el patrimonio espiritual de la Congregación presente en algunas diócesis.
    • Dar debida atención y reforzar las misiones en las periferias.

    Volvemos a nuestras diócesis con el deseo de compartir esta rica experiencia para seguir caminando juntos y realizar el sueño de Dios. Confiamos el fruto de este encuentro al Corazón de María, para que nos acompañe y nos anime a vivir arraigados en Cristo y audaces en la misión como nuestro Fundador.

    Los Obispos Claretianos reunidos en Roma:

    Ángel Garachana Pérez, CMF (San Pedro Sula, Honduras)
    Elías Ayuban Lumayog Jr., CMF (Cubao, Filipinas)
    Gustavo Manuel Larrazábal Volpe, CMF (San Juan de Cuyo, Argentina)
    Jacek Kicinski, CMF (Margensis, Polonia)
    Juan Domingo Esono Ayang, CMF (Mongomo, Guinea Equatorial)
    Juan José Chaparro Stivanello, CMF (Merlo-Moreno, Argentina)
    Luis Ángel de las Heras Berzal, CMF (León, España)
    Manuel Antonio Mendes Dos Santos, CMF (São Tomé y Príncipe, Africa Central)
    Pedro Joaquín Hernández Cantarero, CMF (Darién, Panamá)
    Rubén Antonio González Medina, CMF (Ponce, Puerto Rico)
    Simeon Nwobi, CMF (Ahiara, Nigeria)
    Wilfred Anagbe, CMF (Makurdi, Nigeria)