Chaclacayo, Perú, 3 de Septiembre de 2023
Del 27 de agosto y hasta el 3 de setiembre, se celebró en la casa de retiros “Padre Claret” del distrito Chaclacayo la IV Asamblea Continental de Solidaridad y Misión de los Misioneros Claretianos de América “Artesanos del Cuidado, profetas de la Justicia y la Paz” ¡Arraigados y audaces!”.
Asistieron y participaron: P. Marcos Loro y Victor Matute, presidente y secretario ejecutivo de MICLA respectivamente, 7 Prefectos de Apostolado, Referentes de los 9 organismos, miembros de Seglares Claretianos, Religiosas de María Inmaculada y Misioneras de San Antonio María Claret, Referentes del Instituto Teológico de Vida Consagrada de América, de REBICLAR y de Pastoral Juvenil en Familia Claretiana, Representante de la Corporación Norman Pérez Bello, e Invitados Especiales: P. Pedro Belderrain, Prefecto General de Apostolado; P. Rohan Dominic, coordinador del equipo claretiano en la ONU, y P. Gabriel Ponce, coordinador de SOMI Fátima.
Los 56 participantes, entre ellos 16 mujeres, nos reunimos a compartir la común vocación claretiana vivida desde el servicio de SOMI. Queremos además destacar la presencia del cardenal Pedro Barreto, presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía y la intervención virtual de Vincent Anes, coordinador saliente del Secretariado General de JPIC.
Nuestras celebraciones, reflexiones y diálogos estuvieron atravesados por:
1. Los clamores de las periferias geográficas y existenciales, la agonía de las mujeres violentadas, el grito de los pueblos indígenas y afrodescendientes, el calvario de tantos migrantes, el dolor de las víctimas del extractivismo y el cambio climático, el drama de los desplazamientos, las angustias provocadas por la desaparición forzada, el martirio de tantos líderes ambientales masacrados, nuestros pueblos sometidos por gobiernos autoritarios que continúan socavando las incipientes democracias y las profundas heridas que surcan toda nuestra Casa Común, expresadas en las agresiones al sagrado bioma de la Amazonía.
2. El gozo de la fraternidad y sororidad que vivimos en la misión, la esperanza y el desafío de las juventudes y sus proyectos de vida, el profético protagonismo de las mujeres de nuestro continente, el testimonio de los guardianes de la Creación, los ejemplos de resistencia y resiliencia de nuestros pueblos, el compromiso audaz de tantos hermanos claretianos en zonas álgidas de la misión y el horizonte iluminador que nos regala la experiencia de sinodalidad, auténtico modo de ser Iglesia.
3. Claret, hombre solidario, cuyo espíritu sigue siendo para todo el mundo, especialmente para quienes nos queremos jugar la vida por la cercanía del Reino y su justicia.
SOMI no pide a la Congregación más que lo que pide el Evangelio, más que lo que Dios pide. Con la convicción de que la dignidad humana y de la Creación es el ADN de Dios, ratificamos que nuestro compromiso con los derechos humanos es el enfoque que hemos de darle a todas nuestras opciones. La mirada a la realidad que hemos compartido estos días, reafirma nuestra decidida apuesta a las urgencias expresadas en las prioridades continentales: Migrantes, Casa Común y Derechos Humanos con perspectiva de género e interseccionalidad.
Respondiendo a la necesidad de articular estas prioridades con acciones concretas y obras que ya se desarrollan en nuestras comunidades, esta Asamblea ha coincidido en brindar apoyo efectivo a 3 proyectos: Centro de acogida a migrantes “Óscar Romero” (Ciudad Juárez), Centro SOMI de formación, investigación y acompañamiento (Guatemala) y Misión Compartida al servicio de la Casa Común (Jacobacci, Argentina).
Constatamos que el enfoque de la Agenda 2030 proporciona una visión de justicia global y es una sinergia privilegiada para educar, transformar y comprometer personas en la lucha por la dignidad humana y la transformación del mundo. Nos hemos preguntado: ¿nuestras pastorales alientan este compromiso? La experiencia de una genuina sinodalidad nos exige abandonar zonas de confort y establecernos en nuevos lugares de diálogo profético donde vivamos un discipulado de iguales.
Hemos finalizado haciendo experiencia colectiva de la Alegría del Evangelio: qué bonito ha sido encontrarnos, pero más bonito aún, haber confirmado que la fraternidad supera todo conflicto y que entonces, espíritus serenos, estamos mejor dispuestos a luchar por la causa de Jesús.