El día 14 de Agosto de 2024 se continúa con las visitas fraternas a la Comunidad Formativa de Fusimaña. La visita fue realizada por los Padres Luis Armando Valencia y Anselmus Baru. Están presentes los misioneros Emilio Gómez y Alexandre Fernández y el estudiante Boris Orellano. El Padre Pedro Nel Quintero se ausenta por estar atendiendo asuntos familiares. Igualmente se encuentra en la casa el estudiante Johan Rojas Alape, quien se encuentra de paso por esta comunidad adelantando sus trámites de visa para Venezuela.
El encuentro comunitario se inició con una oración, en la que se invoca el Espíritu Santo para que acompañe esta visita y también se hace memoria de San Maximiliano Kolbe, Presbítero y Mártir, quien nos hace recordar también el testimonio de nuestros mártires claretianos, que recordamos también en estas fechas, y nos inspiran para seguir caminando en esta vocación misionera.
Se continuó luego con una conversación sobre la vida comunitaria y la misión formativa que se realiza, evaluando los dinamismos que señalan nuestras constituciones sobre la vivencia de la vida fraterna, la oración, la participación en la organización de la comunidad, etc. (cf CC #12).
A partir de algunas preguntas generativas, se abre el espacio para la escucha y compartir de todos los que conforman esta comunidad:
¿Cuál sería lo novedoso de la vida religiosa hoy?
¿Cómo abordar el tema de la vida comunitaria hoy?
Con estas preguntas se genera el diálogo y la escucha mutua en un ambiente fraterno, rescatando algunos puntos:
- Estamos llamados a seguir viviendo el espíritu misionero que nos dejó nuestro fundador y muchos otros misioneros a lo largo de nuestra historia, actualizándolo en nuestros contextos de hoy.
- Para que nuestra vida misionera sigue siendo testimoniante, se requiere alimentarnos por la Palabra de Dios y la oración.
- Nuestro estilo de vida en comunidad es un elemento fundamental, donde sentirnos como hermanos uno a otros. En el contexto de esta comunidad, nuestro estilo vida comunitaria tiene que ser testimoniante para los jóvenes que estamos formando.
- En la vida comunitaria se requieren espacios que permiten el encuentro de las personas: la oración, espacios de las comidas, retiros, la integración y recreación que nos permite integrarnos como una familia.
- Ante las diferentes situaciones personales, se requiere una apertura a las personas y crear los espacios del diálogo.
- Nuestras casas y comunidades tienen que ser un lugar donde cada uno se sienta bien para la realización de su vocación misionera.
- Es pertinente mencionar el tema de la interculturalidad, ya que el rostro de la congregación y de la provincia es cada vez más amplio en cuanto las personas que provienen de distintas regiones y culturales.
Durante la visita se propicia también el espacio para los diálogos personales con cada uno de los integrantes de la comunidad. La visita se culminó con una breve oración, agradeciendo el don de la comunidad y el servicio de acompañamiento formativo que se presta en esta comunidad.