La visita de la animación provincial a las comunidades de la zona del Valle, Tumaco y Risaralda, se culmina con la visita a la comunidad de Pereira, la cual se realizó los días 11 y 12 de Marzo de 2024.
La presencia Claretiana en esta ciudad ha marcado el corazón y la religiosidad del pueblo. Rastreando nuestra historia, encontramos obras monumentales de nuestros antepasados claretianos, como por ejemplo la catedral de Pereira, o la misma edificación de la parroquia Claret y la casa de la comunidad que están ubicadas en el corazón de esta ciudad. Son obras reflejan el espíritu misionero y del trabajo arduo que han dedicado su vida a la misión, evangelizando con espíritu y sembrando el carisma claretiano en esta tierra cafetera.
Actualmente, encontramos en esta comunidad los misioneros Sigifredo López, Hernando Mona, Carloman Molina y Domingo Alirio Moreno. La dinámica pastoral de esta comunidad se centra en la atención parroquial y el apoyo de uno de los misioneros, Carloman Molina, atendiendo la misión de Uniclaretiana desde el Centro de Atención Tutorial (CAT) de Pereira.
En su atención pastoral, la parroquia cuenta con diferentes grupos pastorales, a saber: Catequesis, Grupos Bíblicos, SOMI (Solidaridad y Misión) que atiende en lo social y aunque con dificultad, se ha intentado abrir el campo de atención en lo juvenil y vocacional. Así mismo en lo sacramental, se celebran la eucaristía diaria, dominical y atención a los enfermos, ya que, por su ubicación céntrica, llegan muchas personas que se acercan a la eucaristía y al sacramento de confesión.
Al escuchar los hermanos de la comunidad, el Padre Luis Armando Valencia, subraya la importancia de la vida comunitaria, tomando el ejemplo de la vida del mismo fundador, donde su sueño era asumir la vida misionera y vivir en comunidad. A lo anterior, desde nuestra Constituciones, hay tres elementos que animan nuestra vida comunitaria que son: la oración litúrgica y la eucaristía; el estilo de vida familiar y la participación en el gobierno de la comunidad (Cf CC #16). Cada uno aporta desde sus capacidades para la construcción de la misma, lo que hace que nuestra vida pastoral sea fruto del análisis permanente de la realidad, del discernimiento y la oración. Así mismo, una lectura constante de nuestras Constituciones y otros documentos congregacionales, nos ayudan a fortalecernos y comprometernos en este estilo de vida.
En el marco de la celebración de los 175 años de la fundación de la Congregación, el sueño de Claret sigue haciéndose realidad. Debemos comprometernos para que nuestra acción misionera y nuestra vida fraterna en comunidad, siga siendo testimonio para el mundo de hoy.