Dejando la zona de los Andes de Mérida, los Padres Luis Armando Valencia y Anselmus Baru continúan la visita fraterna a la comunidad claretiana de Maracaibo, que se realizó los días 23 al 25 de Agosto del presente año.
La principal misión de esta comunidad es atender el Colegio Claret que está ubicado en la zona céntrica de esta ciudad. Allí se encuentran los misioneros Quiterio Izquierdo, Carlos Darío Prieto y José Miguel Cambero.
En un ambiente fraterno, se inició la visita con la eucaristía. En sus reflexiones, inspirado por las lecturas del día, el Padre Luis Armando Valencia, enfatizó dos aspectos relacionados con nuestra vocación y vida misionera:
La primera tarea, inspirada por la vocación del profeta Ezequiel (Ezequiel, 37, 1-14), es nuestra vocación misionera y la de nuestras comunidades, las cuales tienen que ser activas en la misión, están llamados a transformar la vida de cada uno y la realidad social que nos rodea. La transformación implica dejar guiarnos por el Espíritu de Dios, para que a través de nuestra tarea misionera se transforma el mundo. Somos ‘cómplices del Espíritu’ para que el mundo cada día sea más humano.
La segunda tarea, desde la lectura del evangelio Mt 22, 34-40, consiste en que, como creyentes, amamos a Dios y a los demás. Eso nos exige que nuestras acciones misioneras tienen que ser esperanzadoras y liberadoras, más aún en los contextos como de nuestros países de Colombia y Venezuela.
La segunda tarea, desde la lectura del evangelio Mt 22, 34-40, consiste en que, como creyentes, amamos a Dios y a los demás. Eso nos exige que nuestras acciones misioneras tienen que ser esperanzadoras y liberadoras, más aún en los contextos como de nuestros países de Colombia y Venezuela.
El espacio de la visita cada vez es más enriquecido, propiciando durante horas de la mañana un espacio de reunión plenaria de la comunidad, en la cual se aborda como tema principal “la comunidad y la misión”, revisando los elementos de la vida comunitaria en sus diferentes dimensiones: Oración, vida fraterna, responsabilidades dentro de la comunidad, relaciones interpersonales y responsabilidades ante la exigencia del colegio, donde la comunidad ejerce su principal misión.
En un ambiente fraterno la comunidad comparte sus reflexiones, teniendo en cuenta de que, dentro de nuestro carisma, las instituciones educativas son una de las plataformas de evangelización, y se sintetiza sus elementos principales de las reflexiones de la siguiente manera:
- En un ambiente de misión se requiere una comunicación asertiva, con el fin de que el mensaje llegue a las personas. Así mismo en la vida comunitaria, más pequeña la comunidad, debe ser más íntegra y más comunicativa. A veces las falencias en la vida comunitaria se generan desde una realidad donde existe la falta de comunicación de sus integrantes. La comunicación es fundamental en la vida humana, es la única vía donde las personas pueden relacionarse y expresarse lo que cada uno siente.
- La comunidad es nuestro hogar, donde uno se siente en familia, por ello se requiere un ambiente donde se privilegien los espacios de oración, compartir fraterno, celebraciones y el necesario descanso.
- La comunidad es para la misión, por ello es importante el testimonio de vida de cada uno de los integrantes.
- Tanto en la comunidad como también en la institución educativa, se requiere ejercer nuestro liderazgo, que garantiza la marcha de la misma, reconociendo el papel de cada uno.
- Desde nuestro carisma claretiano, la misión de esta comunidad es garantizar que los procesos educativos de la institución, tanto en lo académico, administrativo y en lo pastoral, alcanzan su meta. Para ello, se requiere la planeación y programación comunitaria en cuanto los trabajos realizados, con el fin de responder a las exigencias y dinámicas de la comunidad educativa.
Al finalizar este espacio, el padre Luis Armando Valencia, como superior provincial, agradece a cada uno de nuestros hermanos que asumen esta tarea, lo mismo que a los laicos y laicas colaboradores por su entrega y dedicación a esta misión encomendada por la Provincia y la Congregación.