Comunidad Claretiana de Barranquilla: Comunidad para la Misión

Luego de la visita zona del Valle, Tumaco y Pereira, la animación provincial, padres Luis Armando Valencia y Anselmus Baru, siguen la dinámica de las visitas fraternas a las comunidades de la Zona Costa de la Región de Colombia.

La visita se inició en la comunidad Claretiana de Barranquilla, que se realizó los días 22 al 23 de mes de abril de 2024.  En esta comunidad se encuentran los misioneros: Javier Pulgarín, Alberto Vivanco y Roberto Rodríguez. Esta comunidad atiende la parroquia Nuestra Señora de Chiquinquirá.

También la comunidad, junto a las Seglares Claretianas, atiende la obra misionera que consiste a la atención social y formación para los niños, jóvenes y mujeres en el barrio La Cordialidad, la cual esta distante de la parroquia.

El Padre Luis Armando Valencia, como Superior Provincial, inició la visita con una breve oración, luego explico a la comunidad el sentido de la visita, lo cual es una dinámica de la animación provincial de acompañar y animar las comunidades en su vida misionera, aprovechando los espacios para escuchar y dialogar con cada uno de los integrantes.

Por tanto, uno de los elementos que requiere nuestra atención es la vida comunitaria. Así mismo, recordó a la comunidad que nuestro estilo de la vida misionera es en la comunidad y tomando como referencia lo que indican nuestras Constituciones, donde desde la dimensión teológica, al hablar la vida comunitaria, nuestro fundador refiere a la comunidad desde la Trinidad, entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Así mismo, la estrecha comunión de la vida de los apóstoles y del Cristo con ellos (cf. CC #10).  Este tema de la vida comunitaria se enriquece con la lectura y reflexión de material sobre este tema, escrito por Luis Alberto Diez, CMF, “Comunión y Fraternidad”.

Así en un ambiente fraterno surgen como fruto de la reflexión el valor de la comunidad para nuestra vida misionera: la comunidad es construida por las personas, las cuales se unen por un mismo proyecto. Es el lugar donde podemos convivir, compartir y celebrar como una familia. El arte de vivir en la comunidad, se requiere la madurez de cada persona y una buena comunicación entre ellos.  

Nuestras comunidades son para la misión. “La misión no es hacer cosas, sino sentir que la propia vida está conectada con el reino” (Alberto Diez).  La misión implica estar con la gente y trabajar con la gente en el espíritu de misión compartida y de sinodalidad.

Después de este espacio de reflexión, la comunidad comparte los avances de la vida comunitaria y vida pastoral de la misma. Al escucharlos, el padre Luis Armando invitó a la comunidad para abrirnos a la acción del Espíritu de Dios, para que desde nuestra vida personal y comunitaria podamos dar el testimonio del amor de Dios al mundo. La comunidad no es una construcción humana, por ello se necesita la acción del Espíritu de Dios. Para ello, se requiere un ambiente de la comunidad donde se da privilegio a la oración, que según nuestras Constituciones se significa sobre todo y se realiza plenamente en la Eucaristía (Cf CC #10).

Por su parte, como Prefecto de Apostolado, el Padre Anselmus Baru agradece a la comunidad por la labor pastoral que han realizado, e invita para que se pueda seguir de manera creativa vivir y transmitir nuestro carisma en la pastoral, dando la prioridad de las líneas pastorales que indica el Plan Provincial de Vida Misionera: Animación Bíblica de la Pastoral, Pastoral Juvenil y Vocacional, Pastoral de la Interculturalidad y SOMI.