
Durante los días 3 al 5 de Octubre de 2025, los Padres Luis Armando Valencia, Superior Provincial, y Anselmus Baru, Prefecto de Apostolado, realizaron la visita fraterna a la comunidad de Riosucio, Bajo Atrato chocoano, que acompañan la Parroquia Virgen del Carmen de Riosucio y Niña María de Curbaradó, perteneciente al municipio de Carmen del Darién.
Actualmente, la comunidad claretiana de Riosucio está conformada por los misioneros Hermano Marcial Gamboa y Padre Élber Montero Vega, mientras que el Padre Ander Chaverra se encuentra ausente por motivos familiares.
Durante esta visita se brindó acompañamiento también a comunidades cercanas, como Domingodó, que celebró su fiesta patronal en honor a San Francisco de Asís el 4 de Octubre, y a la Parroquia Niña María de Curbaradó, durante su eucaristía dominical.



Al igual que en otros centros misioneros, el objetivo principal de la visita fue fortalecer la comunión entre el gobierno provincial y las comunidades locales. Asimismo, se realizó seguimiento al proyecto comunitario, revisando aspectos de la vida vocacional, fraterna y espiritual de los misioneros. En este contexto, se presentó también a la comunidad el Plan Provincial de Vida Misionera (PPVM) 2022–2027, compartiendo su contenido y prioridades, fruto de la reflexión del IV Capítulo Provincial, con el fin de dinamizar la vida pastoral y misionera de la comunidad.
Durante la visita se llevó a cabo una reunión plenaria comunitaria, que inició con una oración invocando la presencia del Espíritu de Dios sobre esta comunidad misionera.
Como texto iluminador, se leyó el pasaje de Hechos 2, 42–47, que describe la vida de la primera comunidad cristiana. Desde la espiritualidad claretiana, se profundizó en los numerales 12, 15 y 16 de las Constituciones, los cuales sintetizan el estilo de vida en común.
Esta reflexión se enriqueció con la lectura del texto de Luis Alberto Díez, titulado “¿Qué da sabor a mi vida?”.
Posteriormente, cada miembro compartió sus reflexiones, resaltándose los siguientes aspectos:
- En medio del mundo globalizado, surge la pregunta sobre nuestro estilo de vida misionera: ¿sigue siendo atractivo para la sociedad actual? Esto nos invita a reflexionar sobre nuestra vivencia vocacional, comunitaria y pastoral.
- Se reconoció el valor de la oración como elemento fundamental en la vida vocacional, comunitaria y misionera.
- En cuanto a la misión, se subrayó que nuestra tarea no consiste solo en evangelizar, sino también en ser evangelizados por el pueblo y su realidad. Para ello, es esencial desarrollar la capacidad de leer los signos del contexto en el que realizamos nuestra labor misionera.
- En el contexto del Chocó, se destacó la importancia de mantener una sensibilidad misionera, caminando junto al pueblo, compartiendo sus alegrías y sufrimientos, y acompañándolos en sus procesos.
- La vida comunitaria y la vocación misionera ayudan al crecimiento personal y vocacional, fomentando la fraternidad, el apoyo mutuo y la corresponsabilidad. Esta vida fraterna se construye día a día mediante el encuentro y el diálogo con los hermanos.
- En la comunidad se busca fortalecer la vida personal y comunitaria, promoviendo la comprensión mutua y reconociendo el aporte de cada hermano.
Socialización del PPVM y Revisión de la Vida Comunitaria y Pastoral
En este espacio, la comunidad destacó los siguientes puntos:
- La importancia de actualizar el proyecto de vida comunitaria y pastoral, teniendo en cuenta el PPVM 2022–2027 y el Proyecto Pastoral de la Diócesis de Apartadó.
- Para favorecer la dinámica comunitaria y pastoral, es fundamental planificar las actividades con el fin de fortalecer la organización y la coherencia entre la vida comunitaria y la acción pastoral.
- Se resaltó el valor de los espacios comunitarios como la oración, los retiros, las reuniones comunitarias y zonales, que ayudan a fortalecer el estilo de vida misionera, realizar seguimiento y evaluar los procesos.
- La comunidad de Riosucio atiende dos parroquias —Virgen del Carmen y Niña María de Curbaradó— en una zona geográficamente extensa, por lo que se considera necesario reforzar el equipo misionero. En este sentido, la provincia está llamada a cultivar una mayor disponibilidad misionera y asumir los lugares de frontera como el corazón de la misión claretiana.
- Los lugares de vanguardia misionera no se definen por la distancia, sino por su centralidad en la misión provincial.
- La unificación de los organismos de Colombia y Venezuela es vista como una bendición que enriquece la vida provincial con su diversidad cultural y humana, fortaleciendo el sentido misionero y promoviendo el liderazgo de los misioneros jóvenes.
Al finalizar este espacio, se elevó una acción de gracias a Dios por la vida y vocación de cada misionero, y por la fidelidad con que nuestros hermanos continúan sirviendo en esta zona. Su testimonio es un signo de esperanza para el pueblo atrateño y para el carisma claretiano, especialmente en este contexto de frontera, tanto geográfica como social.

