Jubileo de niños y jóvenes, reafirmando su vocación cristiana y misionera

El día 26 de Julio de 2025, los jóvenes de la parroquia Claret de San Félix (Estado Bolívar), junto con otros jóvenes y feligreses de distintas parroquias que conforman la Diócesis de Ciudad Guayana, Venezuela, participaron en el Jubileo de los Niños y Jóvenes, organizado por la misma diócesis, retomando el lema del jubileo: “Peregrinos de la Esperanza”.

    La actividad reunió a diversas comunidades y movimientos que trabajan con la infancia y la juventud, ofreciendo un espacio de celebración, integración y formación cristiana.

    El evento tuvo lugar en las Ruinas del Caroní, correspondientes a la antigua Misión de la Purísima Concepción de Nuestra Señora del Caroní, fundada por los capuchinos catalanes en el siglo XVIII. Esta misión, establecida originalmente como un centro de evangelización y desarrollo, llegó a convertirse en un importante centro social, económico y político de la región en aquel tiempo. Sin embargo, con la independencia de Venezuela y las luchas internas, la misión decayó y sus edificaciones quedaron en ruinas.

    En este evento participaron nuestros jóvenes, pertenecientes a distintos grupos juveniles de la parroquia Claret de San Félix, acompañados por el Padre Cleiber Flores y los estudiantes de la etapa de teología que se encuentran en misión: Johan Rojas y Miguel Peña. Los jóvenes tuvieron una participación activa, animando musicalmente la eucaristía y los espacios de integración durante el festival de la juventud. Asimismo, crearon un stand con temática vocacional, con el fin de promover la vocación claretiana y visibilizar la misión de los claretianos en esta zona de la provincia.

    En su homilía, Monseñor Carlos Alfredo Cabezas Mendoza, ordinario del lugar, invitó a los niños, jóvenes y a toda la pastoral a no alejarse de Dios, a estar siempre atentos a su voz y a recordar que ellos son el futuro inmediato de la Iglesia.

    Este Jubileo no solo fue un evento, sino un signo del compromiso de la Iglesia con las nuevas generaciones: una jornada en la que niños y jóvenes fueron verdaderos protagonistas de su fe, compartiendo la alegría del Evangelio y reafirmando su papel como sal y luz del mundo.